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Real Betis: Sara; Chica, Paulao, Amaya, Nacho; Xavi Torres, Matilla; Juanfran (Reyes, 74'), Salva Sevilla (Nosa, 84'), Vadillo (Cedrick, 62'); Molina.

Valencia CF: Diego Alves; Joao Pereira, Costa, Mathieu, Bernat; Romeu, Parejo (Feghouli, 66'), Banega; Jonás (Canales, 75'), Pabón, Postiga.

Goles: 1-0 Molina, 9'. 2-0 Salva Sevilla, 23'. 3-0 Salva Sevilla, 34'. 3-1 Ricardo Costa, 67'.

Amonestaciones: Estrada Fernández. Parejo (64', Amarilla).

Cuatro jornadas ha necesitado el Betis para sumar su primera victoria en Liga. Lo hizo a lo grande, ante unos de los mejores equipos de la competición, el Valencia CF de Miroslav Djukic, ante el cual pasó por encima como un rodillo. Media hora de juego necesitó el equipo de Pepe Mel para desacreditar al equipo ché, lo que hace aumentar las dudas iniciales del equipo valencianista, mientras que al de Heliópolis le sirve para tomar aire fresco en una semana dura, con tres partidos en siete días, para ambos equipos. 

Apareció el Betis cuando menos se le esperaba. Sin Rubén Castro y Verdú, sus dos mejores hombres fuera por lesión, el equipo de Pepe Mel encontró, por fin, la puntilla que le faltaba para su buen juego mostrado en este arranque liguero: la pegada. Convirtió en goles lo que dispuso,  avasallando al rival a base de presión, inspiración en el último pase y verticalidad en bandas. Enorme Betis que se comió a un Valencia  horrible, quizás el peor de los primeros cuatro partidos de Liga. Desarbolado, lento en el intento de sacar el balón, blandísimo en el corte del juego rival, y sin dominio de juego. Muchas dudas en los chés en este principio de curso, del cual sólo se recuerda ya su primera victoria ante el Málaga y poco más. Entre el 'lío de los petos' y el juego mostrado, el equipo de Djukic no arranca motores aún. 

Salva Sevilla, el nuevo timonel.

Sin sus dos referentes, el equipo de las trece barras necesitaba una nueva inspiración para ganar a un difícil rival, incómodo y curiosamente condicionado por los mismos problemas que el Betis. Y esa referencia llegó de las botas, y de la cabeza, de Salva Sevilla. El almeriense fué el mejor jugador del Betis, con suma diferencia. Jugador tachado por su frialdad, por sus estados físicos, y por sus desapariciones repentinas, muy dadas en los grandes futbolistas; pero es un jugador distinto. Quizás, de largo, el jugador con más calidad de la plantilla. Demostró su condición ante el Jablonec, donde se salió partiendo de banda izquierda, y volvió a repetir hazaña en la noche de ayer. 

De sus botas nacieron los tres goles verdiblancos en poco más de 30'. En el 9', tras el primer aviso de Juanfran en un tiro lejano, aprovechó el jugador almeriense para recuperar un balón en tres cuartos de campo para inciar la cuenta goleadora de su equipo. En un error garrafal de la defensa ché lentísima para sacar un balón iniciado en un saque de puerta, Ricardo Costa dirigió un mal pase a Parejo que interceptó Salva Sevilla, el cual, tras avanzar tres o cuatro pasos, conectó con Jorge Molina, que desde la frontal, pegó un derechazo bajo, al palo derecho, para abrir la cuenta. Sólo un gol para dar tranquilidad a un equipo necesitado como el Betis, tras el cual comenzó a gustarse. Comenzó a aparecer Matilla, con una movilidad endiablada para ganarle el pulso en el mediocampo a unos pésimos Oriol Romeu y Parejo en sus estrenos como titulares; Juanfran peleaba victorioso, una y otra vez, ante Bernat en banda derecha, mientras que Vadillo le ganaba la espalda a Joao Pereira constantemente. 

Y Jorge Molina, autor del primer gol, a lo suyo. A pelear ante defensas, a ganarles en el cuerpo a cuerpo. Un dudoso por la grada que siempre cumple y calla bocas. Enorme también su partido en sociedad con Salva Sevilla, por la que apareció el segundo gol. Una obra de arte digna de un equipo 'grande'. Salva Sevilla, en la frontal, buscó en un pase interior a Molina, que se las ingenió para meterse entre unos inmóviles Costa y Mathieu para devolver al jugador almeriense, que de primeras, batió a Diego Alves a palo cambiado. Muy fugaz la jugada, todo al primer toque. Y es que, cuatro años compartiendo vestuario entre ellos dos, desde aquél infierno de Segunda, debían de premiar algo. Era el 23', y aún faltaba la puntilla para un Valencia que perdía los papeles. Llegó en una contra, donde Vadillo retó en carrera a Pereira, le ganó el pulso y habilitó, tras frenarse y levantar la cabeza, a Salva Sevilla para que éste, con una tranquilidad pasmosa, colara el tercer gol. Fué una gran acción de la perla verdiblanca, que parece ser ha recobrado la confianza en sí mismo tras el parón liguero. Brutal Betis que cerraba el marcador, y el partido, antes del descanso.

Y de nada pareció servir la charla de Djukic al descanso, el cual sólo despertó por unos minutos en la reanudación. Sólo una falta de Dani Parejo, solventada por una gran estirada de Sara, puso en aprietos al Betis antes del gol de Ricardo Costa en otra falta rápida. Aún así, de nada le valió. No era el día del equipo de la capital del Turia, que bajó los brazos incluso con Feghouli en el campo como revulsivo. Banega, muy escorado en la izquierda, volvía a desaparecer en ésta segunda mitad, en la que el Betis lo intentó, aunque ésta vez errando cada acción o por el muro infranqueable que fué Alves en éste periódo de tiempo. Sólo Cedrick, que entró con ganas a la hora del partido, puso mordiente en un Betis que, con el partido asegurado, se guardaba fuerzas para lo que se le avecina. 

6 partidos para ambos en 20 días para ambos. El Betis respira; el Valencia, se ahoga. 

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Artículo por @TonijazoRM