jueves, 26 de septiembre de 2013
Un extraordinario Elche puso contra las cuerdas al conjunto madridista. Boakye puso el empate en el 92’ y Muñiz en el 94’ se inventó un penalti. Cristiano firmó un doblete. Sergio Ramos debió ser expulsado con 0-0 en el 33’.

Hay muchos tópicos que rodean el fútbol y en concreto a la figura del árbitro, “todos somos humanos y podemos equivocarnos”, “tienen que decidir en décimas de segundo”, “desde casa es fácil pitar”. Estamos de acuerdo, pero lo que hoy se ha vivido en el Martínez Valero ha sido simplemente escandaloso.


El equipo de Fran Escribá sabía a lo que jugaba y sabía cómo debía jugar al Real Madrid y en todo momento fue consciente de que si era fiel a esa idea con la que saltó al césped tendría muchas opciones de sacar algo positivo ante los blancos. Intensidad durante los noventa minutos, presión asfixiante y correr mucho más que ellos eran las claves y las ideas grabadas a fuego en la piel de los futbolistas durante los días previos al partido. En resumidas cuentas, trabajo, trabajo y más trabajo. Eso es exactamente lo que se ha encontrado el Real Madrid hoy en el Martínez Valero. Un equipo correoso y al que era muy difícil meterle mano, con un nivel de actividad y de ritmo brutal durante todo el partido y demostrando tener muchas ganas de ganar que su rival.

Muñiz Fernández
Todo esto unido a las dificultades que se están encontrando los de la Castellana a la hora de entrar a los partidos ha podido suponer una auténtica catástrofe para los madridistas. Pero ahí estaba Diego López para sacar dos manos a Lombán y a Javi Márquez antes del cuarto de hora de partido. Sus paradas ya se nos hacen normales, no ha malacostumbrado, como el hombre al que ha relegado al banco en su día.  

Ancelotti mientras en la banda, sin saber qué le ocurría a su equipo. Aunque no todo ha sido tan horrible, no es para tanto, el partido fue igualado y disputado, pero no fue un asedio y dominio total de los ilicitanos. Durante varios tramos de partido el Real Madrid intentaba dominar, controlar y buscar espacios a base de un toque paciente y sereno y los encontraba, algo que era casi un milagro viendo la organización defensiva ilicitana. Pero sólo se vio a ráfagas. Uno de los mayores lunares de los madridistas es la presión en el centro del campo, la nula capacidad y la desorganización que se ve a la hora de presionar en la parcela ancha hace que este equipo sufra en exceso sin balón, también mérito del Elche haber conseguido que los merengues se viesen totalmente anulados en esta zona del campo.

XI del Elche
El Elche tenía las ideas muy claras, una de ellas era robar y buscar rápido a la línea defensiva madridista (fatal hoy por cierto), por lo que cada llegada suponía un peligro extremo para la portería blanca. Tanto les buscaron que Ramos en el 33’ pudo ver la segunda tarjeta amarilla, es más debió verla, pero aquí entró Muñiz Fernández para amnistiar al de Camas.

Tras el descanso, el Real Madrid dio apariencia de querer mandar mucho más en el partido, y de una dudosa falta en la frontal, Cristiano con la inestimable ayuda de la barrera puso el 0-1. El guión del partido a aplicar parecía claro, adormilar y pausar el balón para evitar peligro del Elche, defenderse con el balón vamos.

Todo lo contrario, el Elche creía en sus ideas y moriría con ellas haciendo una segunda parte extraordinaria donde se vio al peor Real Madrid con diferencia, un equipo que asumía como bueno este resultado y como único viendo como estaba su rival en el campo. El trabajo se ve recompensado dicen, y se vio tras una gran jugada casi a la desesperada en el 92’ donde Boakye puso el empate.

XI del Real Madrid
Los blancos apretaron buscando una última jugada, un último remate, casi asumiendo que habían dejado escapar dos puntos, o más bien, que el Elche se los había arrebatado tras reclamar durante un buen rato lo que era suyo.



Hasta que apareció él, el hombre que en la noche de ayer se ha ganado a pulso una buena temporada en la sombra del arbitraje, el hombre que hace dos semanas también fue el centro del atención en Barcelona, Muñiz Fernández. Con 1-1 pita un penalti ridículo de Pepe sobre Carlos Sánchez, tras agarrón mutuo de los que hay  1000 en cada área cada fin de semana. El madridismo resoplaba y a la vez sonreía picaronamente del regalo hecho por el colegiado, Elche se enfurecía y se indignaba porque veían como se les iba un punto que incluso les podía saber a poco, Cristiano no falló y Muñiz les fulminó.

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Artículo por @vivi10bkk

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