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Espeso como el chocolate. Así podríamos calificar el encuentro disputado en el Vilamarín; y qué mejor calificativo para definir el primer partido matinal de la jornada dominguera. Horrible derbi andaluz entre Real Betis y Granada. Poco que contar en 90', inmerecido de goles e impotencia entre ambos conjuntos. Muy marcada la ausencia de sus dos grandes referentes de cara al gol, Castro y Piti, y eso se notó de manera señalada. 

Contienda igualada, al menos. Salió Pepe Mel con el mismo once que tumbó al Valencia siete días atrás. Equipo fresco, nada que ver con el que empató ante el Lyon entre semana. Sólo Vadillo repetía de inicio. Mientras, el granada llegó a Helipólis dispuesto a poco más que salir indemne de allí; marcado por las bajas y ausencias, el equipo de Alcaraz las vió venir de primera hora; buscaba puntuar, nada más. Y un punto le valía. 

Marcado por la calor y el bochorno sevillano en el último partido de verano de Liga, la primera parte tuvo poco que contar. Partido lento, sin ritmo, asfixiante; caldeado por los enésimos errores arbitrales de Ayza Gámez, que no estuvo a la altura de un partido broncoso. Pelea constante en el mediocentro, donde sólo Matilla e Iturra ponían batalla. Mal partido de Salva Sevilla para destacar al más vertical de los veintidós en el campo, lento en soltarla, nada que ver con el de hace siete días. Sólo un tiro de Paulao, muy blando entre los tres palos, se pudo contabilizar como acción peligrosa en todo unos 45'. 

Hubo que esperar a la segunda mitad para verle mordiente, y algo más de ritmo, al partido. El partido necesitaba cambios desde la zona técnica, y el único que se atrevió fue Pepe Mel. Tres movimientos del técnico madrileño para cambiar el transcurso de los minutos, con inteligentes variaciones tácticas. Sacó a Braian a los pocos minutos de la reanudación de la segunda mitad por Vadillo, que de nuevo, ofreció muy poco para lo que debe de ofrecer este futbolista por verticalidad -no encaró ni una vez a Nyom; todos eran pases atrás-. 

Tiró a Salva Sevilla a la izquierda, y buscó más remate a puerta con dos 'nueves' referentes de área, cosa que no había tenido en Betis en todo el encuentro. No le salió mal la jugada por pocos minutos. Tuvo más presencia el equipo verdiblanca, donde Braian cabeceaba todo lo que le llegaba por arriba, asociándose con Molina. Así llegó el único tiro del de Alcoy entre los tres palos, bien defendido por Roberto. Subía de ritmo el partido a la vez que se notaba el cansancio por los treinta y ocho grados que marcaba el termómetro. 

Aguantaba el Granada, con cambios de hombre por hombre llegados de Alcaraz. No le iba mal el resultado, lógicamente. Entraron Brahimi y Benítez para buscar la contra, a sabiendas de que el rival se iba a volcar. Mientras, siguió Pepe Mel con su ronda de cambios buscando el gol que tanto necesitaba su equipo. Cedrick y Verdú, ocupando puestos de Salva y Molina, le dieron otro aire al partido. De sus botas salieron las mejores acciones del Betis, que suspiró de alivio en la mejor acción del Granada, en las botas de El-Arabi. Sólo ante Sara, en un fallo garrafal de marcaje de Paulao, pegó abajo a tiro cruzado, que lamió el poste. Horrible aquí una defensa que está siendo lo mejor del equipo de La Palmera en este inicio de campeonato. 

Eso sí, fué la última ocasión del Granada, que se echó atrás por el empuje contrario. Mandó el Betis hasta el final. El congoleño tuvo la ocasión más clara del equipo sevillano, en un centro templado de Verdú en una cantada de Roberto, donde no llegó a conectar el cabezazo para batir al portero granadino. También la tuvo el catalán, en una vaselina sin ángulo en un costado a punto del pitido final. Golazo que hubiera sido si la fortuna se hubiera aliado con el Betis, al que le está costando enchufar. Otro empate a cero consecutivo tras lo del Jueves contra el Lyon. No era el día del gol en Sevilla. 

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Artículo por @TonijazoRM