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Una gran primera media hora le bastó al Real Madrid para llevarse los tres puntos de Granada.

Gran actuación de Di María.

Diego López, de nuevo titular.

El Granada reclamó dos penaltis al final del partido.

Ancelotti presentó en Los Cármenes un once tremendamente ofensivo, con Modric como eje en el centro del campo, acompañado por Isco, con Di María y Cristiano en las bandas, Ozil de enganche y Benzema en punta. Con tanta calidad arriba, era de esperar que el conjunto blanco, ayer de azul, llevara la iniciativa y el peso del juego, y así sucedió. Desde el primer minuto del partido el Madrid asumió su condición de equipo superior, tocando en campo contrario y sin pasar relativos apuros atrás. 

Esta superioridad se plasmó en el marcador en el minuto 10, cuando un gran cambio de orientación de Sergio Ramos le llegó a Di María, muy activo y enérgico durante la primera mitad, quien levantó la cabeza y sirvió un buen centro a Cristiano, que no controló bien, pero por allí rondaba Benzema para batir con la zurda a Roberto. Con 0-1 en el marcador, el Madrid se encontró en una situación idónea para practicar su juego combinativo y orquestado, lo que no le impedía alguna ráfaga desbocada cuando el Granada sumaba efectivos en ataque y dejaba espacios atrás. 

Al Madrid le va la marcha, lleva el vértigo en el ADN, y Ancelotti no ha querido desprenderse de esta virtud tan característica de los últimos años. De la primera parte se pudo extraer una conclusión clara; ante la inminente llegada de Bale, Di María se reivindicó con un partidazo; demostró que, cuando juega a un nivel óptimo, aporta cosas muy necesarias para cualquier equipo. El argentino es eléctrico, desequilibrante, veloz, tiene toque, se asocia bien con sus compañeros y no tiene reparo en presionar como un poseso la salida de balón del equipo rival.

En la segunda parte el guión el encuentro cambió, el Madrid cedió, debido a un lógico bajón físico propio del mes de agosto, y a un Granada que le puso voluntad y corazón al asunto. El único jugador madridista que parecía conservar las fuerzas era Cristiano, aunque se le vio un tanto ofuscado en su ímpetu de anotar. Viendo que el equipo de Alcaraz  generaba peligro, con Piti y Brahimi como principales amenazas, Ancelotti decidió reforzar el centro del campo con Casemiro, siendo Ozil el damnificado. El conjunto nazarí tuvo un arreón final, en el que reclamó dos posibles penaltis, uno por mano de Arbeloa y otro por un derribo de Casemiro a Buonanotte. 

Ambas acciones debieron parecerle insuficientes al colegiado  Estrada Fernández como para otorgar la pena máxima. Diego López, de nuevo titular, se mostró seguro y sólido por alto en varias acciones. El gallego parece inmune al ruido mediático que se ha generado en torno a la portería blanca. Con el partido agonizando, Pepe salvo a un  metro de la línea de gol un tanto cantado tras una buena jugada individual de Piti. No hubo tiempo para más, el Madrid salvó los muebles y se llevó los tres puntos de Lós Cármenes en un encuentro que, si bien no fue del todo brillante, dejó vestigios de buen juego y algunas pistas sobre lo que puede ser este nuevo Real Madrid.

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Artículo por @luisalonsoagun