jueves, 4 de julio de 2013
10 de abril de 2008. Un día que para el fútbol no pasará la historia, pero si para el corazoncito de miles de personas, entre ellos yo. Aquel día un partido aparentemente sin mucha historia se convirtió en una auténtica batalla entre David y Goliat, solo que con distinto final a la historia bíblica. El este caso ganador Goliar lo encarnaba el Bayern de Münich, por entonces algo débil, y a David, ganador moral, el Getafe sin su comandante De la Red.

Gabi (29)
Pero empecemos desde el principio. Getafe, club creado en 1983 en dicha localidad madrileña, llegó a la élite en 2004 de la mano de Sánchez Flores y con un presidente, Ángel Torres, que se partió el pecho por el equipo. Poca gente tenía confianza en que este equipo aguantase más de un par de años en la élite… pero el año que viene harán diez años en Primera. Por entonces su jugadores más significativos eran Belenguer (el eterno capitán), un joven Gabi (una de las sorpresas de este año), el seguro Nano en la zaga, Pachón, aquel delantero que recorría el fútbol español a principio de década o Gica Craioveanu, uno de los símbolos del club. El fantástico trabajo de Sánchez Flores desde la banca y el buen hacer del equipo les colocaron décimoterceros.  




Sánchez Flores salió rumbo Valencia, y llegó Schuster, entrenador que levantaba ciertos recelos ya que hasta el momento no había demostrado mucho. El alemán durante los próximos dos años creó un equipo muy compacto y que practicaba un gran fútbol. Contra, Belenguer o Pernía (primer internacional getafense) daban empaque a la línea trasera del equipo, con la ayuda de Diego Rivas desde la medular y con Gavilán haciendo estragos por la banda. Arriba esperaban Riki y Güiza. Casi nada para un recién ascendido. Por supuesto el equipo llegó alto, hasta la novena posición.

Güiza (32), en pleno éxtasis
Pero el plato fuerte llegó el siguiente año. El equipo llegaba con continuidad y con el mismo entrenador, y aunque Riki se había ido al Depor y Pernía al Atleti, el equipo supo reforzarse con Casquero, el goleador (por entonces) Manu del Moral y Alexis, central muy prometedor que realizó quizás su mejor año. El equipo, después de dos grandes años era consciente de que podía aspirar a algo más. Ese algo más llegó con en la Copa del Rey, en una eliminatoria que podríamos calificar con el adjetivo de histórica. 

Primero por el auténtico golazo de Messi en el 5-2 de las semis de dicha Copa. Sí, ese gol visto hasta la saciedad en el que recordó a Maradona. Este 5-2, lejos de desanimarles les incitó a la gesta. En el Coliseum, los azulones sacaron la espada de matagigantes y asestaron cuatro golpes letales a un Barça que empezaba a notar la ausencia del mejor ‘Ronnie’. Dos goles de Güiza, uno de Casquero y otro de Vivar Dorado hicieron posible la gesta. Y así se plantó en la final contra el Sevilla de Juande, que dejó patente que eran uno de los equipos del momento. Aún así solo vencieron por 1-0 (gol de Kanouté). En Liga repitieron el noveno puesto, todo un éxito.


Como el Sevilla ese año quedó tercero, el Getafe acudió a la UEFA la siguiente temporada como finalista de Copa. La posibilidad de jugar Europa y un gran gestión atrajeron a grandes jugadores. Desde Argentina llegó el futuro Zamora ‘Pato’ Abbondanzieri y el duro ‘Cata’ Díaz. Cedidos además llegaron tres cracks como son De la Red, Granero y Pablo Hernández. Todo esto bajo las órdenes de su nuevo flamante entrenador: Michael Laudrup. En Liga de nuevo lograron salvarse sin ningún problema, clasificando en media tabla. Pero lo grande llegó en las otras competiciones. En Copa del Rey llegaban como subcampeones y desde el primer momento se hicieron fuertes. Dieron buena cuenta del Levante, Mallorca y Racing de Santander (que bonito que Racing y Getafe, dos modestos, llegasen tan lejos en una competición, ya parece imposible). En la final les esperaba el Valencia de Koeman, que buscaba la redención en la Copa. En la final expiaron todos los pecados ganando por 3-1 al Getafe. De nuevo el Getafe segundo, ¿las razones? Los ches sabían que debían ganar sí o sí y fueron mucho mejores y que el Getafe estaba cansado tanto físicamente como psicológicamente.

Braulio (27)
Y aquí empezó la historia con la que presentaba este artículo. El Getafe empezaba su andadura en Europa en la previa de la UEFA. Hacemos un breve repaso. Para empezar, venció al Twente después de un 3-2 en la vuelta. Quedó encuadro en el grupo G. Como rivales, equipos muy serios como el Tottenham y Anderlech y otros dos más débiles, Aaborg y Maccabi. Quedó líder de grupo después de asaltar White Hart Line (1-2) y ganar en casa por 2-1 también al Anderlech. Tan solo el Maccabi consiguió un victoria contra los madrileños. Viendo esto, ya se intuía que el Getafe iba en serio. En dieciseisavos otro histórico como el AEK de Atenas. Tras empatar en Grecia, en casa le endosaron un 3-0. Y como a este Getafe le gustaban los retos, en octavos les tocó el Benfica. ‘Las Águilas’ se vieron superados desde el primer momento y perdieron ambos partidos, el primero por 1-2 y luego un 1-0 en el Coliseum que aseguró el pase.

Expulsión de De la Red (28)
Y llegó el Bayern de Münich. Sorprendentemente el Getafe aguantó en el Allianz al Bayern y consiguió un empate a 1. Como tantas películas pastelosas, el sueño (jugar contra el Bayern) pronto pareció convertirse en pesadilla. De la Red, mejor jugador del equipo pagó su inexperiencia y fue expulsado por una entrada a Klose cuando este iba solo contra el Pato. Para más Inri, el 9 del Getafe, Ike Uche, tuvo que salir del campo por una lesión muscular. 

Contra (37)
Salió el ‘capi’ Belenguer. A largo plazo esta lesión fue positiva ya que el equipo ganó presencia defensiva y liberó de trabajo a los laterales. Y así el rumano Cosmin Contra se desató y logró un golazo tras regatear a varios jugadores en el 44' desatando al Alfonso Pérez.  Parecía que el Bayern esperaba un gatito y se encontró un león y esto les desconcertó. Los alemanes no conseguían encontrar su juego y el Getafe creaba peligro al contraataque. En una de estas se escucharían el Uyyy más grande de la historia del Coliseum. Braulio por poco marca el segundo pero la suerte no lo quiso. Los últimos últimos quince minutos fueron un asedio, y en el 89 Ribéry enganchó un balón en el área después de un barullo provocado por Toni y la indecisión azulona

El Getafe lo tenía en la mano
Y así se llegó a la prórroga y llegó lo grande. Poneros en situación. Getafe- Bayern, un debutante contra una leyenda del fútbol. Lo normal hubiese asustarse y salir atrás pero no. En el primer minuto de la prórroga Casquero (se podría sospechar que era Laudrup disfrazado) se sacó un disparo espectacular desde fuera del área que toca en el palo y entra. En ese momento estoy seguro que todo aquel que estaba viendo el partido se hizo un poco del Getafe. El Bayern no sabía que hacer, estaba fuera de sí, quizás pensando en que hacían en un pueblo de Madrid perdiendo contra un equipo del que quizás nunca habrían oído hablar hasta ese año. Muestra de esto fue el segundo gol. Una ocasión de ataque muniquesa se transformó en un saque de banda sacado rápido hacia Gavilán, que corrió y corrió hasta pasar al centro de área a Braulio. Van Buyten, ya lento por entonces, no consiguió despejar y el hábil Braulio batió a Kahn. Esta era la noche del Getafe, nada parecía que podía empañarla y se veían en semis. Pero no fue así, la victoria a veces tiene jerarquías y el rango del Bayern es máximo.

Luca Toni (36)
El Bayern, empujado por su honra empezó a meter en su área al Getafe, que se defendía como podía. En el minuto 115, donde se pagan más los errores que los aciertos, un inofensivo centro al área se convirtió en una bomba que no pudo desactivar Abbondanzieri y que acabó dentro de la red. Al Pato se le escapó el balón y Toni lo empujó al fondo de la red. Algo debió hacer click en el cerebro de los jugadores del Getafe. Los nervios se notaban y la palabra atacar ya no existió para ellos. El Bayern seguía a lo suyo y en el 120 pasó lo inevitable. Otro centro de Bayern fue rematado por Toni, que la picó y acabo en gol. Todo acabo con Toni mandando callar a la afición del Getafe y Laudrup gritando.


Lucas Licht (32) no se lo puede creer
Esa noche las lágrimas corrieron por el sur de Madrid, y quizás, por toda la geografía española. No era una victoria, pero viendo ahora todo con perspectiva, ellos ganaron. Como ya he dicho antes, este partido no pasará a la historia, pero sí a la mía al menos. A pesar de no ser aficionado del Getafe todavía espero que Abbondanzieri saque ese balón del gran Luca Toni. Todo esto es un digno de contar y quizás no lo fuese sin esa serie de infortunios: la roja a De la Red, el no- gol de Braulio, el gol de Ribéry y la remontada final. Por esa es la grandeza del deporte: ganar sin vencer. Pato, Contra, Tena, Cortés, Licht, Belenguer,  Celestini, Gavilán, Casquero, Cotelo, De la Red, del Moral, Braulio y Uche, esto va por vosotros. Gracias por hacerme ver lo grande que es esto a pesar de la corrupción, el tráfico de jugadores (sí, tráfico) o la preponderacia del dinero. Yo, y espero que muchos más os debemos una.

PD: Si alguien tiene el enlace del partido que me lo pase por Twitter.

El 'Pato' Abbondanzieri (40), lágrima de campeón
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