Falso9blog

Soy relativamente nuevo en esto del fútbol. He de admitirlo antes de empezar. Vine al mundo (en cuanto al tema central del escrito se refiere) en la temporada 2008/09. Si hablamos de este año, a todos se nos viene una palabra a la cabeza, un equipo, un entrenador, una filosofía... y sí, efectivamente es el Barcelona de Guardiola. Toda Europa vivió a la sombra del que, algunos dicen, fue (o es) el mejor equipo de la historia. 

Por aquellos tiempos, el Valencia se despertaba resacoso tras conseguir -una temporada antes- su séptima Copa del Rey, y recordando con cierta nostalgia, los tiempos en los que se podía competir contra los jefes del cotarro. Ya sea en España o en Europa. 

Daba igual. El Valencia era 'alguien' y no hace mucho de eso. A principios de siglo, cualquier equipo temblaba cuando visitaba Mestalla. Nuestros jugadores eran temidos por los rivales y deseados por los grandes del continente. No hace tanto de aquellas dos noches, donde Valencia contuvo la respiración y murió ahogado en la orilla ante Bayern y Real Madrid. No hace mucho que fuimos la estrella que más brillaba... 

Pero las luces se apagan. No hay más verdad que esa. Si no, que le pregunten a cualquier aficionado con más recuerdos que yo. Jorge Manrique dijo eso de "cualquier tiempo pasado fue mejor" en memoria de su padre o es que era del Valencia, y ya intuía que la situación iba a dar un giro de 180º (quizás no tantos). Porque cuando las malas rachas se convierten en tu día a día, parecen interminables. Aunque bueno, mejor hagámosle caso a Djukic cuando dice eso de que "el Valencia es un gigante dormido...", porque posiblemente tenga razón. Viene bien tener a alguien que te recuerde que un día fuiste grande y que no todo está perdido. Y qué mejor que te lo recuerde alguien como Miroslav, que lo ha vivido. 

Y es que la realidad actual es muy distinta a aquellos años. Ya nos levantamos con el pie izquierdo cuando el objetivo es, únicamente, clasificarse para la Champions. La Copa del Rey o la Europa League parece que no interesan. Trofeos demasiado pequeños para un equipo tan grande, ¿no? No, la respuesta no es esa.

La situación de incertidumbre, tanto social, como económica, como deportiva, ha conseguido hacer desaparecer la ambición y el sentimiento. Los proyectos a largo plazo no pueden existir. Los jugadores sólo piensan en el Valencia como un trampolín para llegar a los clubes verdaderamente grandes.

Incluso los más “valencianistas”, tratan de forzar al club. Soldado ya intenta que se negocie por menos de su cláusula (30 millones) y Guaita ya está presionando al club para que vendan a Alves (si no, enfado). Y son dos de los pilares de tu equipo. Así no se puede.

¿Y cómo se sostiene todo esto? Durante los últimos años (“era Unai”), se ha sobrevivido deportivamente hablando. El Valencia tuvo la suerte de no tener un rival digno para ese tercer puesto. Sí, seamos serios: el Málaga actual no existía, el Atlético no tenía la regularidad necesaria, el Sevilla se ha ido desinflando con los años, el Villarreal acabó en segunda… Y los Betis, Levante, Mallorca (de Manzano) y demás es complicado que puedan mantener el ritmo una temporada entera. Hasta que llegó la Real Sociedad de Montanier. Fue como ese despertador del lunes a las 6:50. Duro, pero hay que asimilar que esta temporada va a serlo. Todos los clubes de España (sin incluir a los dos de siempre) están vendiendo. El Valencia no puede ser menos.

La temporada empieza con el ya conocido, cambio de entrenador. Djukic vuelve a casa. Y sus palabras generan ilusión. Partiendo de la base de todo lo anteriormente explicado, es difícil hacerlo, pero creo que lo ha conseguido. Son palabras que reflejan un realismo idealista (aunque suene algo contradictorio). Y se pone el ejemplo del Atlético de Madrid de este año. Un buen bloque, trabajo, trabajo y más trabajo. La pregunta ahora es, ¿qué bloque va a haber para el año que viene?

La baja de Albelda la suplirá Javi Fuego, jugador del Rayo de mucho trabajo y buenos conceptos tácticos. A Tino Costa aún no se le ha buscado sustituto (Oriol Romeu, principal candidato a día de hoy en concepto de cesión). Todos los demás fichajes van a depender de dos cosas: las bajas (inevitables si no queremos tener un problema gordo) y el dinero que haya para fichajes (que actualmente se desconoce).

Como hay que llegar a 24 millones, ya hay algunos jugadores con el cartel de “transferibles”. Entre ellos, lo de Diego Alves, Rami o Gago es un secreto a voces que, si no pasa nada extraño, saldrán del club este verano. Otros casos podrían ser los de Cissokho, Valdez o Piatti (se le quiere ceder). Si hablamos de intocables, sólo sale un nombre y no es otro que el de Roberto Soldado. Su precio: 30 millones de euros, su cláusula. El club quiere, por primera vez en años, mantener la posición de fuerza respecto a representantes y clubes rivales. A ver cuánto dura…

¿Qué se necesita? Cuando salga un portero –si sale-, la idea es que venga Aranzubía (ya hay acuerdo con el jugador, vendrá libre). Como sustituto de Rami suena Álvaro González, central del recién descendido Zaragoza e internacional con la Sub-21. A Gago no hace falta suplirle, suficiente con que se vaya. Si sale Aly Cissokho, hay muchas opciones, no creo que haga falta comprar nada (los dos jugadores que han actuado de laterales izquierdos en la Sub-20 son del Valencia). Para suplir a Valdez habría que buscar un delantero de ese corte, algo diferente a lo que puede ofrecer Roberto. Está Alcácer, pero no creo que se confíe en él para segundo delantero. Y por Piatti… pues también habrá que traer a alguien. Pero no hay rumores para gente en su puesto.

Hay muchas dudas. Pero esta etapa fuera de la Champions (y de crisis a nivel nacional) tiene que servir para rehacerse, para reinventarse. Jugadores jóvenes, baratos, con futuro… ¡recurrir a la cantera incluso! Lo pongo entre exclamaciones porque parece una locura visto lo visto estos últimos años.

Sea como sea, toca despertar al gigante. Toca despertar, Valencia.