domingo, 28 de abril de 2013
Falcao ( 26) y Gabi (30 ) lamentándose tras un gol
del Real Madrid
Argentina es país de psicólogos. Ciencia rigurosa para unos, hermana pobre de la psiquiatría para otros, el arte de Freud ha encontrado en la orilla derecha del Río de la Plata el, posiblemente, mejor, o al menos más prolífico, vivero de talentos de todo el planeta. Quizás por su extraordinario, acaso excesivo, don de palabra, los argentinos, aun sin tener formación específica en el tema (véase  ilustres plastas como Jorge Valdano), son (o dicen ser) capaces de analizar hasta los más profundos recovecos de la mente, de encontrar para todo una causa oculta y de plantear una solución al trauma que nos aflija. 

Fíjense si está valorada la profesión en aquella tierra que tienen hasta su propio Día del Psicólogo, el 13 de octubre para más señas.

Diego Pablo Simeone es argentino. Del mismo Buenos Aires, concretamente. Sus años en España e Italia le han valido para convertirse en ídolo eterno de unos cuantos equipos europeos, pero no le han hecho olvidar sus orígenes ni perder su fuerte acento porteño. Y con el tema de la psique parece que cumple el tópico de su nacionalidad. En navidades de 2011 llegó al Atlético de Madrid que malvivía a las órdenes del profesor Manzano (curiosamente este sí, psicólogo profesional) y lo curó de su depresión, haciéndolo supercampeón de Europa en apenas medio año y logrando que en la presente temporada se crea que vuelve a ser un equipo grande, tenga la tercera plaza en propiedad e, incluso, no ande muy lejos de los dos de arriba.


Philippe Montanier (44 ), entrenador de la Real Sociedad
Sin embargo, el Atlético tiene un complejo que ni el más competente psicólogo, por muy argentino que sea, parece capaz de eliminar. Puede llevarse toda la temporada jugando con una garra y un coraje que asustan, compensando la falta de calidad y de recambios en algunos puestos con derroche de actitud y agresividad, pero si el rival que se pone delante se hace llamar Real Madrid, automáticamente el equipo se viene abajo. Independientemente de quién juegue en el eterno enemigo: es la camiseta blanca, en sí misma, la que provoca miedos y terrores irracionales.

Así se demostró ayer sábado, cuando un sucedáneo madridista, con Pepe de capitán, con un tal Nacho y un tal Morata entre los titulares, fue capaz de saquear, por enésima vez, el Vicente Calderón. Ya al Atlético no le vale ni adelantarse nada más empezar, ni ser claramente superior, ni tener el balón. No funciona dominando el campo, como tampoco funciona dejándose hacer y lanzándose al contraataque. Es algo que está grabado a fuego en las mentes de unos jugadores que, por algún extraño motivo, se acobardan cuando ven el blanco. Posiblemente para resolver este problema no hagan falta psicólogos, sino chamanes o hechiceros.

El que parece que ha hecho brujería es Philippe Montanier. En su segunda temporada al frente de la Real Sociedad, con un equipo de presupuesto limitado para lo que se mueve por ahí, sin estrellas de relumbrón, con casi toda la plantilla procedente directamente del filial, tiene a los blanquiazules compitiendo de tú a tú con pesos pesados como el Valencia o el Málaga por la cuarta plaza en Liga de Campeones. Sonaba utópico a principios de temporada, pero Xabi Prieto, Griezmann, el Chory Castro y compañía podrían estar de aquí a unos meses paseando el nombre de San Sebastián por los estadios más importantes del continente.

De ahí que el club esté loco por renovar al entrenador que ha conseguido tan buenos resultados. Se dice que ya está hecho, que serán dos temporadas más las que el francés continúe en Anoeta, que las partes ya están de acuerdo a falta del anuncio oficial. Pero también se dice que, en vista de su buen hacer, hay bastante gente en su país natal muy interesada en que vuelva. Las malas lenguas hablan del Lille o del Montpellier, campeón de liga el año pasado pero muy descolgado de la lucha por el título. En todo caso, de momento no hay nada hecho, ni en un sentido ni en otro, y el contrato vigente termina el próximo 30 de junio. Sólo el tiempo dirá si este asunto se resolverá de forma rápida y discreta o se convertirá en uno de los culebrones del verano.

También está próxima a firmarse la renovación de otro entrenador que ha hecho un papel buenísimo en su equipo: Juan Ignacio Martínez, el hombre que llevó al Levante a Europa. Los granotas, el eterno segundo equipo de la ciudad de Valencia, bastante bien lo estaban pasando, dada su historia, con mantenerse en primera división, y ni soñaban con quedar algún día por encima del décimo puesto. JIM consiguió superar esa marca con creces el año pasado y éste, aun con el habitual desmantelamiento propio de plantillas pequeñas, ha cumplido con creces: no sólo tiene la permanencia más que garantizada, sino que se ha permitido el lujo de llegar en la Europa League bastante lejos, más incluso que el vigente campeón, el Atlético de Madrid.

Ibrahímovic ( 31) controlando un balón en un PSG - Niza
Martínez dice sentirse “cómodo” a orillas del mediterráneo y ha manifestado en repetidas ocasiones que “le gustaría” seguir, aunque aún no se ha puesto a hablar del tema con la directiva. Según asegura, esperará a que el equipo esté matemáticamente salvado para empezar las negociaciones. Tiene 10 puntos de margen sobre el descenso y faltan sólo 15 por disputarse, así que es de suponer que las negociaciones comenzarán en breve.

En todo caso, estando en los equipos que están, ni Martínez ni Montanier podrán aspirar nunca a salir campeones de liga. Para conseguirlo deberían emigrar a otros países, donde el fútbol es un espectáculo más interesante y variado en el que no todos los años ganan los dos de siempre… aunque sí que hay que reconocer que, aun teniendo algo más de variedad, también hay superpotencias que acaparan todos los trofeos.

En Alemania, en esa Bundesliga que de pronto todo el mundo idolatra pero a quien nadie prestaba hasta ahora mayor atención, el Bayern de Múnich ha conseguido romper la racha de dos títulos seguidos del Borussia Dortmund y acabar el primero… por 24ª vez. Está ya decidido también el torneo en Inglaterra, que será para el Manchester United: con éste van 20, incluyendo 13 de los últimos 21 años. En Italia, aún no está sentenciado matemáticamente, pero todo apunta a que la Juventus se llevará su 29º scudetto, que serían 31 de no haber estado implicada en el Calciopoli de hace unos años.

En el fondo, aunque parezca increíble, el campeonato más entretenido es el francés. Desde 2008 no han repetido vencedor y este año tiene pinta de que va a ser el PSG quien se lleve el gato al agua, consiguiendo el tercer triunfo de su historia; para el anterior hay que remontarse a 1994. No existe, además, ningún equipo en todo el país que supere las escasas 10 ligas que tiene el Saint-Étienne. Por algo Carlos Bianchi, el entrenador que más títulos ha conseguido en la historia de Argentina, empezó en el Stade de Reims. Aunque luego tampoco fuera capaz de conseguir que el Atlético ganara al Real Madrid.

Artículo por @tejomachuca

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