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Sábado, 20:45, Europa se vuelve a parar para ser testigo de quién es el nuevo emperador del continente, de quién se lleva la gloria, y de quién solo la saborea. Los que lo experimenten serán Borussia de Dortmund y Bayern de Munich, dos históricos alemanes que han realizado una competición de escándalo. Justamente finalistas.

A los españoles se nos ha vuelto a quedar un poco la cara de tontos al ver que nuestros candidatos volvían a ser apisonados contra pronóstico, pero también nos hemos rendido ante la calidad que ostentan ambos equipos. Sobre todo por parte del Borussia, del que no esperamos que llegaría tan lejos, aunque tuviera potencial para conseguirlo. Dos plantillas de lujo que en los últimos dos años se han repartido títulos a nivel nacional y que son capaces de todo.

Aunque el Bayern es quien parte de favorito, el Borussia no entiende de favoritismos. El Madrid y el City han sido los principales testigos de esto. El primero solo consiguió vencer en uno de los cuatro partidos en los que se enfrentaron, y el City ni eso. Eso sí, si el Borussia no entiende de favoritismo, el Bayern no entiende de especular, como especularon estos dos últimos. Los de Jupp Heynckes se cargaron a Arsenal, Juventus y FC Barcelona sin apenas esfuerzo, los bávaros van sobradísimos. Si la motivación del Borussia reside más en la ilusión, la del Bayern está en el récord.

Jupp Heynckes va a dejar a Pep Guardiola que dirija a un equipo que se lo habrá llevado todo esta temporada, si consigue la orejona. La liga sin despeinarse, la copa sin despeinarse (si la consigue el 1 de junio) y la Champions(si la gana)… sin despeinarse. El holandés ha logrado algo histórico, con un equipazo, eso sí, pero lo ha formado él.

Pero si Heynckes ha logrado algo histórico, Jurgen Klopp no se ha quedado atrás. Ha reunido una generación de futbolistas jóvenes y con muchísimo talento. Los Götze, Lewandowski, Gündogan, Hummels, Piszckek…, no han salido así porque así, el míster es quien tiene la gran culpa. Y además, ese vestuario desprende una felicidad, una ilusión y una unión que hacía muchísimo tiempo que no notaba, si excluimos a la selección española.

Pero vamos a lo que interesa de verdad, a lo puramente deportivo, lo que será la gran final de la Champions League de este sábado. Borussia y Bayern llegan motivadísimos, como toca ser, al partido del año. En lo objetivo,  Bayern es favorito y, por plantilla, es superior. Tiene mejor portero, tiene dos de los diez mejores laterales del mundo (Alaba y Lahm), un incombustible Javi Martínez, acompañado del mítico Schweinsteiger y, lo mejor, dos bandas ocupadas por Robben y Ribery, o lo que es lo mismo, dos bandas reservadas para la velocidad y el uno contra uno, y la figura de Mandzukic o Mario Gómez arriba. Eso es lo más destacado. Borussia presenta como principales bazas a Hummels, Pizckek, Reus y Lewandowski. No estará Götze, una baja muy muy sensible.

Sin embargo, no nos podemos dejar llevar por los favoritismos. La final de la Champions es un partido de Europa en el que 90 minutos pueden servir para dar una tremenda campanada, o, por el contrario, confirmar las previsiones. En la final puede ganar cualquiera, todo depende de la suerte, del acierto, de la estrategia, y de mantener la cabeza fría.

Las claves

Bayern y Borussia presentan muchas semejanzas en sus propuestas. Son dos equipos a los que les gusta presionar arriba, asfixiar al rival. Jurgen Klopp no va a ser más conservador que hasta ahora, por ser esta una final. Por tanto, quién mejor salga de esa presión, quien sea más capaz de salir rápido desde atrás tiene todas las de ganar.

El segundo punto está en el poderío aéreo. Es otra de las semejanzas. Es muy simple: concentración y anticipación, quien cumpla las dos a raja tabla tendrá más posibilidades, tanto en defensa como en ataque.

En tercer lugar está el uno contra uno. Ahí sí que el Bayern es superior. Contar con Robben y Ribery en las bandas te facilita las cosas. La referencia en éste sentido por parte del Borussia es Reus, pero no destaca por su uno contra uno, sino más bien por asociarse con los enganches y el medio del campo. Aun así, puede crear muchísimos problemas a los bávaros.

La figura del enganche va a ser fundamental. Hemos podido comprobar en muchos partidos de esta Champions que si los media puntas no aparecen, los equipos sufren. Özil, Isco, Pastore, o el propio Müller o Kroos han tenido partidos muy por debajo de lo que nos tienen acostumbrados, y eso ha perjudicado a sus equipos. Es esencial que el enganche se ofrezca, participe, asista e invente.

Y, por último están la concentración, tranquilidad y la referencia. La primera es básica en una final, quien esté nervioso lo va a pagar, y un mínimo detalle te puede meter en un lío. En lo que se refiere a la referencia, ambos tienen una clarísima, Lewandowski por parte del Dortmund, y Gómez o Mandzukic en el Bayern. Compararlos sería un error, porque los tres están en un estado increíble.

De todas formas, sea cual sea el resultado, sea cual sea la propuesta, sea cual sea el factor detonante, yo no me lo voy a perder. Es una final que se disputa año tras año, pero que nunca pierde la atención. Es la final más grande. ¿Quién conquistará Europa? El sábado lo sabremos. ¡Viva el fútbol!

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Artículo por @XescRipoll