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Cuando el Tottenham fue encuadrado en cuartos de final de Europa League con el Basilea, poco se esperaba de los suizos. Se intuía un equipo joven y muy valiente pero inferior, pero finalmente los de Londres se llevaron una sorpresa. Entre ellos destacó un joven delantero egipcio. Mohamed Salah era un desconocido para el público hasta este año, pero no es flor de un día y a sus 20 años ya tiene una trayectoria interesante por detrás.

Delantero muy imaginativo, se las apaña muy bien jugando alejado del área, su posición ideal es la de extremo derecho, pero también juega bien detrás del primer delantero. Sin ser delantero centro, consigue unas buenas cifras goleadoras todos los años aunque todavía le falta mejorar su definición y sobre todo jugar más tranquilo en los minutos finales (es bastante ''chupón'').  Con su 1.75, es hábil, muy ágil y tiene un gran manejo del balón.

No es un jugador del todo completo y formado, pero como dijo Bernhard Heusler, presidente del Basilea, posiblemente si fuese mejor no estaría en el equipo suizo. El punto clave de su carrera fueron los Juegos Olímpicos del pasado verano. El por entonces jugador del Al Mokawloon, llegó como una de las más jóvenes promesas de los ‘Faraones’, marcando tres goles en dicho torneo. Fue la explosión de un jugador que para los conocedores del fútbol africano ya estaba en todas las quinielas para saltar a Europa.

Egipto pasa un mal momento futbolístico. Después de ganar tres Copas de África consecutivas (las de 2006, 2008 y 2010), no consiguió siquiera clasificarse para la Copa de 2013, aparte de que no se clasifica para un Mundial desde 1990, pese a haber tenido hace solo unos años una de las mejores generaciones de su historia. Los Mido, Zaki, Aboutrika, Hassan o El- Hadary no pudieron llevar al Mundial a esta selección, pero la nueva hornada de talentos que vienen podría romper esa racha. Mohamed Salah lidera una generación formada por Mohamed El- Nenny (también del Basilea), Ahmed Hegazy (medio de la Fiorentina) o Koka (Río Ave). 

Por ahora Egipto va líder en la segunda ronda de clasificación, pero le queda todavía un largo camino hacia el éxito. Seguro que en Egipto también se imaginan que pasaría si El Shaarawy hubiese decidido jugar con su país de origen y no con el de su nacimiento. Salah lleva desde 2011 con la selección, logrando grandes registros goleadores, muy superiores a los que logra con los clubs.

A veces hay que fijarse más allá de las grandes ligas y fijarse en esos equipos que solo destacan de vez en cuando. Si nos fijamos en esos equipos nos encontraremos a diamantes en bruto como Salah. Hoy juega contra el Chelsea. Enfrente tendrá a grandes defensas como Terry o Ivanovic, por lo que tendrá difícil realizar esos regates en una baldosa que tan bien hace, pero para él es solo un reto más. Estaos muy atentos a él.     

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