martes, 14 de mayo de 2013

El Atlético de Madrid jugó antes de ayer contra el Barcelona. Y perdió. Era un partido intrascendente, con el título ya garantizado para unos, con la tercera plaza asegurada para los otros, con la única necesidad de hacer pasar un rato entretenido a los 57.000 que abarrotaron el Calderón. Pónganle todos los atenuantes que quieran. El caso es que el Atleti perdió. Otra vez.

Messi (25)
Otra vez, porque ya se está convirtiendo en costumbre rutinaria. Desde mayo de 2007, con el famoso 0-6 que acabó forzando la salida de Fernando Torres, rojiblancos y azulgranas se han visto las caras 15 veces, sumando liga y Copa del Rey. En este tiempo se han visto tres victorias rojiblancas (la última, un 2-1 en febrero de 2010) y ningún empate: todo lo demás, otros 12 partidos, son triunfos culés. Con algunos casos tan sangrantes como el 6-1 de abril de 2008, el 5-0 de septiembre de 2011 o el 4-1 de la presente temporada en el Camp Nou. Los equipos entrenados por Rijkaard, Guardiola o Vilanova les han marcado en estos seis años 49 goles a los muchos, demasiados, técnicos pasados por el banquillo del Manzanares; sale una media de más de tres goles por partido.


El historial atlético contra el Real Madrid, el otro gran rival, es mucho más deprimente. Como se encarga de recordar la prensa cada vez que hay ocasión, la última victoria colchonera se remonta al siglo pasado, al 1-3 en el Bernabéu de octubre de 1999. Aquí las derrotas no son tan abultadas, incluso se ha conseguido rascar algún empate que, quizás, arbitrajes discutibles mediante, deberían haber merecido mejor suerte (recuerden el mítico gol de Perea). Aun así, algunas son bastante dolorosas, como el 0-4 de junio de 2003, el 0-3 repetido en enero y en octubre de 2005, o el 1-4 de abril de 2012.

Al final del partido, un grupo importante de la afición permaneció en la grada reclamando la salida de los jugadores para aplaudirles y “darles ánimos” de cara a una final de Copa en la que las casas de apuestas tienen más que claro qué ocurrirá. En otros tiempos, es posible que los hinchas también se hubieran quedado, pero con el objetivo de abroncarles y hacerles conscientes de lo insostenible de la situación. Aunque pensándolo bien, en otros tiempos una situación como la actual no se habría producido. El Atlético era el tercer club de España, pero peleando de tú a tú con los otros dos, hasta el último minuto, y ganándoles con cierta frecuencia.

Siomeone (43)
¿A qué se debe haber llegado a este punto? Habrá quien lo explique con que el potencial de los dos gigantes se ha multiplicado hasta límites insospechados e inalcanzables, lo que no deja de ser cierto… y sin embargo, tanto Real Madrid como Barcelona sufren de vez en cuando reveses a manos de otros equipos a priori menores. Habrá quien diga que el nivel de exigencia de la grada ha caído a estándares ridículos, espoleado por el “qué manera de perder” y demás eslóganes con denominación de origen Rushmore

Habrá quien sostenga que, como en toda empresa, el rendimiento de los trabajadores está limitado por la valía de los dirigentes, y en este caso hay una directiva no torpe, sino negligente, que lleva años traspasando a los buenos para pagar las fichas de los mediocres, que usa a los entrenadores como escudos humanos para ocultar sus miserias, que hasta el advenimiento casual de Simeone (como en su día lo fue el de Antic) no tenía una mínima idea de planificación a largo plazo, y que, por añadidura, tiene una legitimidad cuestionable, fruto de numerosas actividades delictivas entre las que se incluye ser la única dirigencia de España, y probablemente de Europa, condenada por estafar a su propia entidad.

Cualquiera que sea el motivo, falta hace que el Atlético se recupere y pueda, de verdad, competir con los dos transatlánticos. La Liga española, tal como demuestran los datos de afluencia de público a los estadios, necesita con urgencia un poco de emoción para no morir víctima del aburrimiento. En la actualidad, para buscar interés e intriga en las competiciones futboleras de nuestro país, no queda más remedio que bajar a divisiones inferiores.

La Segunda, por ejemplo, está interesantísima. A falta de cuatro jornadas por disputarse, lo único que queda claro (y tampoco con seguridad matemática) es que el año que viene, 24 temporadas después, el Elche volverá a la máxima categoría. Por detrás, entre el Girona, actualmente segundo, y la Ponferradina, 7ª, sólo hay siete puntos. Estos seis equipos van a disputarse la otra plaza de ascenso directo y los cuatro puestos de play-off

Uche y Rubén
El calendario está, además, lleno de enfrentamientos directos: el próximo fin de semana hay un Villarreal-Girona y faltan por jugarse aún el Alcorcón-Almería, el Almería-Girona y el Villarreal-AlmeríaLlama la atención que, de los seis candidatos, tres de ellos (Alcorcón, Girona y Ponferradina) no han jugado jamás en Primera. Viene bien un soplo de aire fresco, darle nueva vida al torneo, poder disfrutar de vez en cuando de caras desconocidas… aunque no deberían perder de vista el antecedente del Xerez, uno de los últimos ejemplos de ascenso en circunstancias parecidas, que se endeudó hasta límites insospechados para tratar de montar un equipo competitivo, no lo consiguió, bajó al primer año… y hoy malvive en el fondo de la clasificación y con una tesorería tan vacía que incluso corre peligro su supervivencia.

En este sentido, el Alcorcón es un ejemplo digno de elogio. Con el segundo presupuesto más bajo de la categoría, sin su entrenador estrella del año pasado, con algunas de sus figuras (Agus, Montañés) traspasadas a otros equipos de mayor calado, los amarillos han sabido reinventarse, picar de aquí y allá, traer jugadores cedidos o con contrato terminado y montar un bloque en el que no destaca ningún figurín, pero todos y cada uno hacen un esfuerzo enorme. Aun así, hay muchas voces en esta ciudad dormitorio del suroeste madrileño que preferirían que su equipo no ascendiera, ya que el estadio de Santo Domingo, de propiedad municipal, no parece el escenario más indicado para acoger partidos de primera división, y la tesorería del Ayuntamiento no pasa precisamente por sus mejores momentos.

Así, aunque ahora mismo la segunda plaza la ocupa el Girona, podría considerarse que, por una simple cuestión de experiencia y veteranía, los principales aspirantes al ascenso directo son los otros dos equipos de camiseta amarilla: Las Palmas y Villarreal. Los insulares, sextos actualmente, lo tienen un poco peor, ya que habrían de remontar una diferencia de cinco puntos; los castellonenses, por su parte, tras su victoria en (precisamente) Alcorcón se encuentran sólo a dos de los catalanes. Tampoco debe olvidarse al Almería, con historia reciente en primera… pero quizás con un calendario demasiado complicado.

Pase lo que pase, tendremos diversión a raudales hasta principios de junio, aún más si contamos las eliminatorias del Play Off. En Primera, sin embargo, ya no hay nada que ver más allá de la triste lucha por la supervivencia. Posiblemente sea ése el motivo de que el BBVA haya decidido dar el nombre “Adelante” a su patrocinio de la categoría de plata…

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Artículo por @tejomachuca

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