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¿El futbolista nace o se hace? ¿Es más fácil llegar a la élite mundial naciendo con unas cualidades innatas para el deporte rey (Messi, Ibraimovic, Zidane, Benzema, Ronaldinho, Ramos, Pique, Pirlo) o por el contrario tiene más relevancia “hacerse” futbolista a base de entrenamientos y esfuerzo (Puyol, Raúl, Cristiano Ronaldo, Higuain, Valdés)? Sin duda lo más adecuado parece ser una combinación de ambas: nacer con unas excelentes cualidades y a base de entrenar mejorarlas, pulir los puntos “débiles” y llegar a la cima. Otro aspecto clave es evolucionar, en una vez llegado arriba saber qué aspectos hay que pulir para seguir estando ahí o incluso llegar más alto. 

Recientemente se ha sabido que Falcao, con 20 años, jugaba de interior derecho, que poco después siguió su carrera como media punta o segundo delantero, y que hoy apenas unos años después es uno de los mejores 9 puros del mundo, otro caso llamativo es el de Carlos Puyol, interior derecho o lateral en sus inicios y convertido poco después de uno de los mejores centrales de principios del s. XXI

Dos casos son especialmente relevantes para seguir tratando los temas ya iniciados. Cristiano Ronaldo y Leo Messi, “hecho” y “nacido” respectivamente, hablamos de los dos mejores jugadores del mundo sin duda, pero… ¿Alguno de los dos hace 2, 3,4 años sería mejor que el otro en su forma actual? NO. La permanente evolución de ambos es asombrosa, no se han conformado con estar en el podio del Balón de Oro algún que otro año, ambos han querido hacer historia, y para ello había que evolucionar, mejorar más de lo que mejoraba el otro y no conformarse con lo logrado. Veamos los casos de cada uno de ellos.

Messi. Debut en primera con 17 años. Desde muy pequeño se veía en el argentino “algo” especial, conducía, regateaba y dejaba atrás contrarios de forma asombrosa. Su posición en el campo en las inferiores del Barça era de extremo derecho, pegado a la banda, aunque a veces también se ubicaba en la zona de la media punta. Comenzó a jugar cada vez con más asiduidad en el primer equipo como extremo derecho, pegado a la banda, desde donde arrancaba a pie cambiando, trazando diagonales hacia el área y sorteando rivales con una facilidad impropia de su edad. Aquel Messi era mucho más frágil físicamente, se lesionaba con más facilidad, era derribado y perdía los cuerpo a cuerpo con mucha más frecuencia, también era más individualista, se perdía en el regate cuando un pase resultaba más efectivo y tenía poco gol y dificultad en la definición. 

Se puede afirmar que si Messi con escasos 20 años ya jugaba así, con seguir su progresión natural junto a madurar física y mentalmente ser haría un futbolista muy a tener en cuenta en el panorama mundial convirtiéndose en uno de los mejores extremos derechos del mundo. Pero no se acomodó, quiso ser mejor jugador, progresar, pulir sus defectos y esforzarse para no ser uno de los mejores del mundo, si no ser el mejor. Y lo consiguió. 

Con ayuda de Guardiola y de su cuerpo técnico el argentino cada vez era más fuerte físicamente, ya no se iba al suelo con tanta facilidad, ni se perdía en el regate fácil ni tampoco se le achacaba no tener mucho gol. Sorprenden por encima del resto dos cosas: su facilidad para la definición (no habiendo sido ni siendo un 9) y su influencia en el juego del equipo (no espera en la zona de la media punta a que le llegue el balón, él va a buscarlo para iniciar jugada e incluso dar el último pase, faceta en la que también ha mejorado mucho). En los últimos años (jugando ya como falso 9) ha seguido progresando, teniendo cada vez más influencia en el juego del equipo y asumiendo el rol de “organizador” en los días menos lúcidos de Xavi o cuando el partido estaba más atascado.

Cristiano Ronaldo: El portugués puede considerarse como un futbolista hecho, ya que su progresión desde que debutara en la primera división portuguesa o en la Premier con el Manchester United ha sido tremenda. Aunque nacido con unas cualidades físicas excepcionales el luso ha evolucionado mucho en su forma de jugar, cambiando también de posición en el campo. 

En sus inicios jugaba como delantero centro, pasando y consolidándose como una gran promesa en la posición de extremo derecho. Desde ahí asistía y goleaba (con mucha menos frecuencia que ahora), pero también desde ahí se perdía en regates y acciones técnicas de cara a la galería pero poco efectivas. 

También se le consideraba muy individualista y “chupón” y perdía gran cantidad de balones a lo largo del partido. Estos hechos hicieron que muchos creyeran que el luso no llegaría muy lejos en el mundo del fútbol, ya que era un futbolista que aportaba muy poco y más un malabarista y futbolista de highlights que de equipo. Mencionar también que en sus inicios siempre salía perdiendo en comparación con su compatriota Quaresma, quien parecía tener mucho más futuro.

Pero con el paso de los años Ronaldo fue puliendo sus defectos a la vez que salía de él un carácter luchador y ganador que le hicieron centrarse y querer mejorar. De esta forma sus regates cada vez eran más efectivos, ayudaba más al equipo con goles y asistencias, era más regular  y sus cualidades le hacían ser más polivalente, jugando muchos partidos como 9 (final de la Champions vs Barça). Esto le hizo lograr el Balón de Oro en 2008 con 23 años. 

Si Ronaldo se hubiera quedado ahí, ahora mismo estaríamos hablando de un gran jugador, entre los 5 mejores de su época, pero no se acomodó y siguió progresando en su etapa en el Real Madrid para ser el mejor. Asentado ya como extremo izquierdo el portugués ha mejorado su juego considerablemente en su etapa blanca. Se sacrifica más por el equipo, mucho mejor compañero (ya no recrimina ni gesticula tanto a sus compañeros cuando no le pasan el balón), más goleador y sobre todo mucho más resolutivo y determinante en los partidos importantes, en lo que antes se le achacaba desaparecer de ellos y no ofrecer su mejor versión.

Está claro que si Messi no hubiera nacido con esas condiciones no hubiera llegado a ser considerado uno de los mejores jugadores de la historia, sino el mejor, pero aún más claro es que si no hubiera progresado y evolucionado en su juego nunca habría llegado donde está. De igual manera Cristiano Ronaldo, de no haber sido por ese carácter ganador y de querer superarse y ser cada vez un poco mejor a base de entrenamientos y capacidad de sacrificio y mejora jamás hubiera sido lo que es.

Artículo de @peinado90