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En el segundo artículo de Generaciones de Oro, hablaremos de un equipo que todos seguramente recordemos, y que a muchos sorprendió. Hablamos de la República Checa que llegó a semifinales en esa extraña Eurocopa de 2004 en Portugal de la mano de Karel Bruckner. Esta selección tenía talento, carisma, y muchos cracks, pero le faltó suerte contra Grecia, que ese año las tuvo todas de cara y realizó un hito como pocos.

Selección República Checa 1996

Tras la separación de Checoslovaquia, República Checa siempre tuvo buenos resultados, al contrario que Eslovaquia. En primer lugar destacar los Euro de 1996, en la cual sorprendentemente la joven República Checa llegó a la final (perdiéndola) con una selección donde ya empezaban a despuntar unos jóvenes Nedved y Poborsky. Pueden además presumir de que han participado desde que existen como país en todas las Eurocopas celebradas (5) y de jugar su primer mundial en 2006. 

Nedved celebrando un gol con Baros

En 2004, el equipo llegaba en plenitud. Había jugadores jóvenes y veteranos, y las estrellas llegaban en sus mejores años (Nedved el año anterior había sido Balón de Oro). Fue encuadrado en el Grupo D, con Alemania, Holanda y Letonia. Aparentemente no había mucho que hacer, ya que Holanda y Alemania parecían superiores a ellos pero el equipo checo demostró su valía. El primer partido fue un poco la excepción. Letonia, mediante el ex del Getafe Verpakovskis, se adelantaba en la primera parte, pero los checos remontaron (1- 2) en los últimos minutos con un gol del a la postre Pichichi de la Euro Baros y del reserva Heinz. Después de esto, llegó un compromiso duro contra Holanda, que solventaron espectacularmente remontando un 2- 0 con un gol de Smicer en el 88 que puso el 2-3 en el electrónico. Esto, unido al empate de Alemania con Letonia, hacía que ya estuviesen clasificados. Pero la cosa no quedó ahí, y ganaron (remontando por tercer partido consecutivo) a Alemania, con goles de Heinz y Baros (que ya llevaba tres goles durante el campeonato) de nuevo (1-2) .

Gol de Dellas que dejó fuera a República Checa

Alemania quedó eliminada y Holanda pasó como segunda de grupo. Toda Europa estaba sorprendida con esta selección que se imponía a los grandes y realizaba un buen fútbol, agresivo y de toque. En cuartos quedaron encuadrados contra Dinamarca, un rival sobre el que eran superiores, y así lo demostraron. Un espectacular 3-0 que metió miedo. El trío Nedved- Poborsky- Rosicky controlaba el mediocampo y surtía balones al dúo Koller- Baros, que metieron los 3 goles del partido, dos del ‘15’ de República Checa y uno del gigantón que portaba el ‘9’. A todo esto, Grecia seguía avanzando con su juego defensivo y al tran- tran que tan distinto era al de los checos. Y se cruzaron estas dos selecciones. El toque contra el pelotazo, el cerebro contra el físico… y ganó lo segundo. Un gol de Dellas en el 105 les dejó fuera (por entonces existía el Gol de Plata). Un triste final para este equipo, que vio frustrados sus sueños de levantar el título continental. Como ya se sabe, Grecia ganó este título.

LA PLANTILLA (4-4-2, EN ROMBO)

Petr Cech (30)

Bajo los palos, en 2004 se destapó un porterazo, uno de los mejores de estos últimos años. Hablamos obviamente de Petr Cech, que por entonces era un chaval de 22 años que jugaba en el Rennes. Lo paró todo y seguramente sea uno de los mayores descubrimientos de estos últimos 10 años. Tras esto fichó por el Chelsea y ya se sabe el resto. El segundo portero, que no jugó nada era Blazek, por entonces en el Spartak de Praga y el tercero Kinsky, del Saturn Moscú. Ambos quedaron eclipsados por Cech, aparte de que realmente ninguno de los dos eran gran cosa.

Marek Jankulovski (35)

En la línea defensiva, nos encontramos una gran defensa, cuyo mayor error era la desconcentración, cosa que le costó la eliminación al equipo. Empezaban distraídos, aunque al final eran sólidos.  La línea defensiva titular es la formada por Grygera, Bolf, Ujfalusi y Jankulovski. Grygera (por entonces en el Ajax), es un lateral de corte defensivo, no subía mucho y cubría en defensa cuando Jankulovski subía. En la zaga Bolf y Ujfalusi se imponían a todas las delanteras. Bolf ponía la experiencia, mientras que Ujfalusi la sacaba jugada y en ocasiones podía jugar en banda izquierda (no se parecía en nada al que vimos en el Atlético). Jankulovski era una de las claves del equipo. Por entonces jugaba en el Udinese y era un carrilero de libro. Ocupaba toda la banda y generaba grandes problemas a las defensas rivales. En el banquillo esperaban su turno Rozehnal, que después sería uno de los baluartes de la defensa de los checos, Jiranek, que era siempre la primera opción en defensa desde el banco y un joven Hubschman, que fichó por el Shakhtar ese año, donde todavía sigue. Pavel Mares era el octavo defensa, pero no tuvo participación en el torneo.

Pavel Nedved (40)

En mediocampo se situaba la zona más fuerte del equipo. Galasek, que estaba en el Ajax, era el pivote defensivo. Por su físico, se valía el solo en la faceta defensivo, aunque tampoco era cojo en ataque. Era también la conexión con la zona de ataque. Por delante del ‘4’, se encontraba una concentración de calidad extraordinaria. Nedved, Poborsky y Rosicky eran mucho. La posición en el campo era de un rombo, pero se alternaban en el campo. Usaban las bandas, pero ninguno de ellos eran realmente jugadores de banda. Tampoco jugaban en la mediapunta siendo mediapuntas. Ese ''desorden'' mataba a las defensas. Poborsky era el más atrasado. Ayudaba en la creación a Galasek, y Rosicky y Nedved creaban la magia. La labor de ambos fue muy notoria. Desde el banquillo salían Vanchousek, Plasil, que venía de una temporada espectacular con el Mónaco, y que era una de las primeras opciones desde el banquillo. Su juego de centros y de banda era muy útil, aparte de su versatilidad (Interior, lateral o mediocentro). Pero Smicer era el jugador número 12. El ex del Liverpool marcó un par de goles  y era el revulsivo. 

Jan Koller (38)

La delantera era una de las claves y se sabía que harían grandes partidos.  De Koller ya se esperaba una gran Euro, ya que a sus 31 años el jugador del Borussia Dortmund era uno de los líderes del equipo, pero de Baros no se esperaba tanto rendimiento. Demostró una calidad, potencia y gol que no ha vuelto a poner en juego desde entonces. Metió 5 goles, y todos importantes, siendo el máximo goleador. Después de esto Baros tuvo un año debajo de lo esperado con el Liverpool, y tras eso, su carrera fue cuesta abajo, únicamente demostrando algo cuando juega con la selección. Desde el banquillo había dos jugadores con unos roles muy marcados. Vratislav Lokvenc era el sustituto de Koller. Lokvenc mide 1.96, y Koller 2.01, con lo que su labor era la misma. Como sustituto de Baros tenemos a Heinz, un delantero muy rápido que marco dos goles.

Esta generación lo máximo que consiguió fue estas semifinales de la Euro, pero años después participaron en su primer y único Mundial, el de Alemania. Tras la retirada de Nedved y Poborsky, los dos mejores jugadores de historia, el equipo no ha vuelto a ser el mismo, pero las jóvenes promesas aún mantienen el nivel, con una gran diferencia: estos no tienen un Nedved.

Dejad vuestros comentarios y seguid a @falso9blog. En el próximo artículo de Generaciones de Oro, Grecia.