El solitario gol de
Diego Costa da la victoria a un Atlético que fue mucho más que su rival.
Gran trabajo
colectivo del Atlético de Madrid, ejemplificado en la figura de Koke. Imagen paupérrima la
ofrecida por los blancos. El Madrid ya se
encuentra a 5 puntos del FC Barcelona y del Atlético de Madrid, los líderes.
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Diego Costa, el hombre del partido |
El Real Madrid tenía anoche una gran
oportunidad de reivindicarse ante su público, de despejar las dudas que
acompañaban al equipo desde el comienzo de temporada, y, de paso, no perder la
estela de los equipos que lideran la
tabla. Enfrente, el rival de la ciudad, el Atlético de Madrid, un equipo que
llegaba al Bernabéu en condición de líder de Primera División y que demostró
que su posición en la tabla no es fruto de la casualidad. Con todo esto, el partido contaba con todos los alicientes
para convertirse en un espectáculo garantizado.
El Madrid inició el encuentro con
orgullo e intensidad, la que se presupone ante un partido de esta categoría,
parecía atisbarse un cambio de actitud en el conjunto merengue con respecto a
anteriores partidos. Fue un espejismo. A los cinco minutos el Atleti se adueñó
de la situación del encuentro, controlando el ritmo del partido y sin pasar
relativa dificultad. Tanto es así, que en el minuto 10, cuando no había
sucedido nada destacable, los de Simeone asestaron su golpe mortal. Di María se
atascó en la salida de un balón intrascendente, lo que aprovechó Koke para
colocar a Diego Costa mano a mano con Diego López. El brasileño no perdonó. El
gol colchonero fue un balazo en el estómago del equipo blanco.
Con el 0-1 el Atleti se encontró en su
territorio favorito; con gran orden y rigor táctico, era el dueño absoluto de
la situación. Apenas sufría cuando le cedía la iniciativa a su rival, y en
el momento en que recuperaba el esférico mostraba cautela y serenidad. Koke y Arda buscaron en varias ocasiones las cabalgadas de Diego
Costa, omnipresente en ataque. El brasileño fue un incordio para los defensas,
y evidenció las carencias de la zaga blanca. La primera parte avanzaba y el
Madrid seguía desdibujado sobre el verde, inoperante, llegando incluso a
irritar a su afición. Por el otro lado, el Atleti dispuso de dos oportunidades
muy claras para ampliar su renta. Tiago y Godín
remataron sendos saques de esquina botados por Koke, aunque no lograron
materializar las ocasiones.
La segunda mitad comenzó con las incorporaciones de Modric y Bale, quienes sustituyeron a Illarra y Di
María respectivamente. Poco varió la situación. El Atlético de Madrid
continuaba protegiéndose por dentro, impidiendo pases entre líneas y obligando
al rival a sortear el balón. El Madrid, por inercia, buscaba la meta de
Courtois, pero ante la falta de
clarividencia en el centro del campo, el único argumento futbolístico que
mostraba era el balón en largo por parte de los centrales en busca de Cristiano
y de un apático Benzema, que continúa en su estado de melancolía. El planteamiento del Cholo seguía
sin ofrecer fisuras, incluso marró el Atleti dos goles cantados. Primero Diego
Costa no supo finalizar un mano a mano ante Diego López, y luego Koke, que
realizó un partido soberbio, estrelló un balón en la cruceta.
Con la necesidad de lograr un gol Ancelotti dio
entrada a Morata, quien le puso corazón y entrega al asunto. De hecho, la
oportunidad más clara de las que dispuso el Madrid en todo el encuentro fue
suya, un estético remate de tijereta que Courtois acertó a despejar. El
Bernabéu ovacionó su ímpetu, y casi logra el empate cuando el partido se
consumaba. No dio tiempo para más, el Atleti venció a su eterno rival de forma
merecida, dejando más que visibles las penurias de este nuevo Madrid de
Ancelotti, que se coloca a cinco puntos del Barça y del Atlético, los líderes
de la Liga. Con su victoria en el Bernabéu, los rojiblancos dan un puñetazo
sobre la mesa, y presentan su candidatura al título liguero.
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Artículo por @luisalonsoagun
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